Y es que montarse en esta máquina de dos ruedas a pedalear para recorrer 2261 kilómetros y atravesar un país no es tarea fácil. 140 corredores se embarcaron en esta odisea en la 57° edición de la Vuelta a Colombia Pilsen 2007 que partió el pasado 28 de julio y culminara en Bogota el próximo 12 de agosto, luego de atravesar trece departamentos de la geografía nacional.
Tener la oportunidad de ver de cerca a estos valerosos hombres que se han preparado por mucho tiempo para soportar difíciles condiciones climáticas, geográficas, físicas y psicológicas no se podía desperdiciar. Así que el pasado domingo 5 de agosto me acerque al paso de los ciclistas por Medellín, y me uní a un nutrido y entusiasta publico que alentaba a los competidores.
Independientemente del mérito que se han ganado los que ocupan las primeras posiciones de la clasificación general de la competencia, ver el esfuerzo físico, la concentración y la perseverancia de estos aguerridos jóvenes me hizo pensar que su principal contrincante en estas competencias son ellos mismos, el enfrentarse a sus pensamientos, su cansancio y sus motivaciones a ganar. Por eso es muy comprensible que el ganador de la séptima etapa que se cumplió ese día, el venezolano Manuel Medina, llorara emocionado a su llegada y dedicó su triunfo a su hija y a su esposa. Y es que solo motivos tan grandes creo que son los motores más eficaces para poner a andar al hombre a pesar de todos los contratiempos de la vía.
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