martes, 26 de junio de 2007

¿Y que hay del otro?


Confieso que soy como otras muchas personas que se transforman cuando voy conduciendo mi carro. Me molesto porque alguien no coloca la luz al cruzar o con quien se las quiere dar de vivo intentando no hacer fila, etc.

En estos días me toco vivir un episodio que creo que sirve como buen ejemplo para reflexionar un poco en el otro antes de creernos los dueños y únicos en el mundo cuando estamos frente al volante.
Era un jueves al mediodía, salía de la Universidad Eafit y no encontraba taxi que me llevara a mi casa. El hambre y el sol, ambos inclementes contra mi ser, hacían que perdiera mi buen humor y transcurría el tiempo sin encontrar un taxi libre hasta que por fin paro uno. Apenas montarme ya estaba agradeciéndole al chofer cuando me di cuenta que era una mujer. Al señalarle la dirección a la que me dirigía me dijo que no conocía la zona y que le diera indicaciones durante el trayecto. Me sorprendí cuando sentí que al carrito le costaba arrancar y como de costumbre empecé a armar una historia en mi cabeza: “eso es que el taxi es del esposo, él se enfermo y ella tuvo que salir a trabajar para no perder el día y no conoce ni la zona ni sabe manejar muy bien”. Minutos más tarde nos tropezamos con una tranca justo en una loma, así que al arrancar quise ver cual era la dificultad que tenía ella al enclochar, cual no seria mi sorpresa cuando vi que la chofer no tenía piernas sino dos prótesis muy largas y claro era más lento el proceso de embragar el cambio.


El trayecto se me hizo eterno porque sufría cada que frenaba y luego debía arrancar el vehículo que además era viejito. Y para colmo cuando llegamos a una esquina no le daban paso, ante mi comentario muy usual: “la gente no da paso”, ella me respondió: “eso no es nada, lo ven a uno mujer taxista y mas le cierran el paso…” Finalmente me dejo en mi casa, y esta mujer alegre, sin complicaciones por nada, optimista como me lo demostró en la breve charla que mantuvimos, no sabe lo mucho que me dejo durante ese viaje, me dejo la reflexión de que cultura ciudadana la logramos cuando intentamos ponernos en los zapatos del otro o por lo menos imaginarnos lo que le puede pasar y correspondiendo a ese respeto que le debemos obrar de buena.
Foto tomada de elcolombiano.com

martes, 12 de junio de 2007

Puro Cuero


Algo tan cotidiano para la gente como dormir y comer es desnudarse. Lo hacemos todos los días antes de tomar la ducha, y claro esta, para otras ocasiones. Sin embargo, esta acción tan rutinaria se convierte en algo extraordinario cuando se hace en un espacio público.

Por protesta, por arte o por amor al arte, en los últimos años presenciamos como cada vez son más los que se unen al desnudo en público. ¿Cuales pueden ser lo motivos para vencer el pudor y quedarte en cueros?

Algunos, como los miembros de PETA (Personas por la Ética del Trato a los Animales) lo hacen todos los años en Julio cuando está por iniciarse la celebración de los San Fermines en Pamplona, España y así protestan por las corridas de Toros. También hay quienes lo hacen para rechazar algunos casos de corrupción o mala praxis política como lo hicieron en el 2004 campesinos del estado mexicano de Veracruz en el monumento del Angel de la Independencia. O como sucedió el pasado 9 de junio en Madrid, cuando los ciclistas salieron desnudos para llamar la atención sobre lo vulnerable que son ante el caótico de esta ciudad.

También hemos presenciado por noticieros multitudinarios desnudos logrados gracias a las hazañas del famoso fotógrafo Spencer Turnick, quien ha retratado miles de cuerpos desnudos en ciudades como Barcelona, Nueva York, Brujas, París, Buenos Aires, Caracas y Ciudad de México con su proyecto "Mundo Desnudo", que tiene como objetivo documentar hasta 35.000 cuerpos sin ropa en todo el planeta. Tunick ha realizado más de 65 sesiones fotográficas. En Barcelona logro que más de 7.000 voluntarios se desnudaron ante la cámara, pero el record se lo lleva México, con más de 20 mil personas que se reunieron en el Zócalo.

No siempre se logra una buena convocatoria pero si se garantiza provocar oposición de los detractores del tema (grupos religiosos, cuerpos policiales, etc.) En días recientes el fotógrafo colombiano Freddy Arango convocó a un desnudo colectivo en Pereira, durante una feria erótica para hacer una sesión fotográfica. Levantó gran polémica en la ciudad y al final solo asistieron 22 personas.
Entonces me pregunto, ¿Qué influye en miles de personas para que en ciertas circunstancias venzan su timidez, miedos y hasta el frió y se despojen de su ropa ante miles de ojos extraños? Se tratara de la cultura que se comparte en las grandes ciudades, de lograr ser escuchado ante la inmensidad de información en la que vivimos, o el anonimato que da estar ante miles y ser uno más de la gran masa, quizás la aventura de vivir algo diferente. Eso si ante el desnudo publico no parece importar la edad, el género, nivel educativo, ni estrato social, sino tan solo compartir una adrenalina colectiva de volver a lo natural.

jueves, 7 de junio de 2007

Paraderos en Medellín: “el centro de encuentro”


Medellín sufre un cambio radical. Desde las laderas hasta en su corazón, la ciudad esta abocada a la transformación. Ya sea por iniciativa política o ciudadana la urbe sigue en un camino vertiginoso de cambio de estéticas y estructuras que más parece una obligación con la belleza que con la cultura moderna que poco se pasea por nuestras tradicionales calles.

La movilidad no está exenta de este proceso y en medio de los cambios de obra física, se ha generado un caos vehicular que ha llevado a la ciudad de ser una de las más fluidas en vías a una de las más congestionadas. Cambios que todos en su momento han sentido y que parece agudizarse con el cierre de importantes calles y avenidas, generando inquietudes desde todos los sectores.

Poco a poco avanzan los proyectos de reestructuración de vías, corredores y espacios públicos que deben ser acompañados de campañas que inviten a la tolerancia, el respeto ciudadano y al rescate del transporte público masivo, pues el medio ambiente también requiere de un cambio de conducta desde el comportamiento ciudadano.

Conciente de ello, la Administración Municipal como parte de un plan de choque ha comenzado a distribuir por las vías principales paraderos estacionarios, donde se espera que los ciudadanos se agrupen para hacer uso del transporte público, ofreciendo un sitio de encuentro, descanso y resguardo del clima.

Pero inevitablemente las obras aparecieron primero que la movilización ciudadana y estos sitios se han convertido en espacios opcionales que no son utilizados efectivamente y que no han recibido un apoyo comunicacional previo ni constante. Sólo la publicidad los visita con regularidad.

Es por ello que se precisa de una campaña comunicacional y una estrategia de posicionamiento que comprometa a usuarios, conductores y Administración a promover y promocionar su uso, como parte de una gran plan de mejoramiento de las condiciones viales y por ende de la movilidad urbana.

Escrito por

Andres Raigosa