jueves, 19 de julio de 2007

Una Caricia al Alma

Del 14 al 22 de Julio se da en Medellín el XVII Festival Internacional de Poesía, con la participación de 76 poetas de 52 países.

Entre los vaivenes de la cotidianidad encontrarse en Medellín en el parqueadero de una clínica, en un parque, en el colegio o universidad, la biblioteca o museo mas cercano a un poeta de algún país de este mundo leyendo sus versos resulta una caricia al alma.

Y digo esto porque aun cuando no soy muy conocedora del mundo de la poseía, considero que, como pasa con toda expresión artística, la poesía trasciende cuando se hace eco en su lector-espectador. Y así sucedió en días recientes cuando pude escuchar de la voz de la salvadoreña Dina Posada su poema dedicado al inmigrante y sentí que todos los asistentes nos fusionamos en uno solo compartiendo emociones y sentimientos. Solo para muestra les dejo un poema que me gustó mucho titulado “Palmeras” del español Juan Vicente Piqueras, merecedor del II Premio Internacional de Poesía Revista Prometeo para Libros Publicados en Lengua Castellana.


Nacemos de la sed. Somos palmeras
que van creciendo a fuerza de perder
sus ramas. Y sus troncos son heridas,
cicatrices que el viento y la luz cierran,
cuando el tiempo, el que hace y el que pasa, ocupa el corazón y lo hace nido
de pérdidas, erige su áspera columna.

Por eso las palmeras son alegres
como los que han sabido sufrir en soledad y se mecen al aire,
barren nubes y entregan en sus copas
salomas a la luz, fuentes de fuego,
abanicos a dios, adiós a todo.
Tiemblan como testigos de un milagro
que sólo ellas conocen.
Somos como la sed de las palmeras
y cada herida abierta hacia la luz
nos va haciendo más altos, más alegres.
Nuestros troncos son pérdidas. Es trono
nuestro dolor. Es malo
sufrir pero es preciso haber sufrido
para sentir, como un íntimo nido,de los superviviente
sal aire agradecidos y estallar
de alta alegría en medio del desierto.

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