jueves, 10 de mayo de 2007

De jardin infantil a centro de convenciones


Antes de 1978, cerca a la Universidad de Antioquia existía “El Edén” un oasis dentro de la ciudad que contaba con hectáreas de zonas verdes, balneario y finca de recreo. La Conferencia Mundial de Orquídeas convirtió al oasis en el “Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe” y desde entonces una fundación privada sin ánimo de lucro conserva y preserva la fauna existente y la que está por desaparecer.

Al Jardín Botánico lo conocieron los niños de Medellín, como se conoce un zoológico, un parque de diversiones o un monumento cultural. Todos fueron en bus del colegio a que les explicaran los nombres científicos que colgaban de cada árbol, a darle crispetas a las ardillas y a oír los pájaros mientras el guía de la fundación les indicaba los orígenes de miles de especies.

Olía a césped con pantano, a niño, a jardín infantil, a fiambre y a crispetas de caramelo. Se escuchaba el canto de los pájaros con los gritos de los niños y los “sshhh” de las maestras. Fue creado para la conservación de especies, para la investigación y la educación ambiental de los ciudadanos de Medellín.

Hoy, casi treinta años después, el Jardín huele a cemento. La Administración Municipal de Sergio Fajardo Valderrama renovará sus espacios y aunque no pretende cambiar su vocación, ya el Jardín no es un espacio de niños sino un centro de convenciones y eventos. El Orquideorama, antes usado para la Conferencia de Orquídeas, hoy es salón para matrimonios o recinto de ferias. Y las extensiones de césped ya no son para las ardillas que corren tras las crispetas de los niños sino para espectáculos musicales al aire libre.

La actual directora del Jardín Botánico, Pilar Velilla reconoce que el uso del espacio se ha diversificado sin que haya desaparecido la vocación ambiental y pedagógica. “Los niños y niñas de la ciudad siguen llenando nuestros jardines y continuamos el proceso de investigación y preservación de especies”, pero mientras los niños recorren los caminos del Jardín, se sorprenden con montones de carros que vienen a celebrar un matrimonio hasta el amanecer. Antes a los niños de Medellín les explicaban el manejo de las basuras desde escenarios como éste, hoy esos niños presencian mangas enteras llenas de vasos desechables y basura restante del concierto de anoche.

Según la directora, el Jardín busca abrir sus puertas al resto de la ciudad y re-significar ese espacio para incluirlo más en las lógicas de Medellín. “Hacer eventos importantes y permitir que la gente entre desprevenida a este Jardín, nos permite darle nuevos aires y garantizar su sostenibilidad”. La renovación implica la transformación del antiguo Orquideorama en un espacio ecléctico con diseños naturales y espacios abiertos que logran mimetizarlo en el ambiente verde, ampliación de las salas de exposición y el herbario y adecuación de la biblioteca y el auditorio.

El Jardín Botánico continúa siendo un referente pulmonar de la ciudad y un espacio que nos recuerda la infancia a muchos. Pero además será, en adelante, un centro de eventos que permitirá que la ciudad se apropie de él. Aunque la renovación busca mayor cercanía del Jardín con la ciudad, éste ya no es el mismo, su uso cambió y aunque los niños sigan comiendo crispetas junto a las ardillas, la ascepcia de un evento le quitará naturalidad al Jardín Infantil de antes y le dará categoría al de ahora. ¿Qué preferimos?

Escrito por Carolina Hernández Arango

No hay comentarios: