jueves, 10 de mayo de 2007

Una autopista para el deporte en Medellín


Al mencionar a varias personas palabras como: ciclistas, patinadores, caminantes, atletas, adultos, jóvenes, niñas y niños, les pregunte ¿Qué espacios se vienen a sus mentes al escuchar estas palabras? Ellas y ellos respondieron: espacios rodeados de zonas verdes, grandes árboles, pistas deportivas, un gran lago, canchas, por lo que no fue difícil concluir que es la imagen de un parque la que logra describir estos conceptos.
Para sorpresa de los interrogados las palabras que use eran mi descripción de la autopista norte sur de la ciudad, un vía rápida que en un recorrido de 16 kilómetros integra en sentido norte-sur los municipios de Bello, Medellín e Itaguí y que abre el camino para conducirse al sur y al suroeste del departamento, la misma que durante los martes y jueves en la noche y el domingo en la mañana le brinda a las ciudadanas y los ciudadanos la posibilidad de darle otro uso y otra dinámica al espacio público convirtiéndolo en un escenario deportivo para que los adultos, jóvenes, niñas y niños lo disfruten con una jornada de ejercicio y recreación.
La llamada Ciclovía de la Autopista tiene como objetivo utilizar el espacio público en forma diferente en horas en que estudiantes y empleados tienen tiempo para practicar un deporte. Busca el sano esparcimiento, no la competencia.

En las horas en que la autopista le da permiso al deporte la convierte también en un espacio que da pista al trabajo, de carácter informal para unos y formal para otros, encontramos en este tramo vendedores ambulantes, reparadores de bicicletas, guías contratados por la Alcaldía de Medellín que se ubican en sitios estratégicos para controlar a los usuarios, hacer recomendaciones y prevenir accidentes, guardias montados en bicicletas que observan y están pendientes de posibles accidentes para socorrer a los afectados, policías y agentes de transito que cuidan del uso adecuado y de la seguridad en esta zona de la ciudad.
Cuando la autopista se abre para el ejercicio no solo pone a sudar a los deportistas, pues los conductores se quejan del tiempo que se pierde en la congestión y manifiestan que la ciudad no esta preparada para este tipo de proyectos, expresan que aunque la ciudad se merece espacios como estos, hay que entender que cada espacio tiene su función propia y la de la autopista no es el deporte sino el transporte.
Escrito por Walter Florez

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